lunes, 17 de febrero de 2014

El croar de sus ranas.

En una ocasión me hablaron del impacto geológico-emocional sobre el Feng shui de vivir cerca de un río. La cosa era algo así como que es beneficioso vivir en las cercanías u orillas de un río porque el Chi se alimenta de buena energía dejándola fluir, siempre y cuando este no sea de aguas sucias, muy contaminadas. 
No sé si es posible a día de hoy en España, vivir en una ciudad, cerca de un río que este limpio, no contaminado, que no arrastre plásticos y restos de basura. Desconozco estos datos la verdad y probablemente el Genil no esté exento de estas características.

Pero sí puedo opinar a nivel vivencial.

La puerta de casa se encuentra a escasos veinte metros de uno de los río que atraviesa Granada. Mi vida transcurre en su orilla. Lo cruzo para visitar el centro, para ir al parque,.... subo a contracorriente para hacer un poco de deporte, para ir a mi Escuela de fotografía,... con su perpendicular vamos al Cole, a comprar el pan, a la frutería,... y sigo su corriente para visitar a Mi Media Naranja en su trabajo o desayunar los domingos en nuestra cafetería preferida. 
Me ofrece un marco perfecto para contemplar el paso de las estaciones, las inclemencias del tiempo, incluso en ocasiones me sorprende con su fauna. No hace mucho veíamos asombrados como una trucha intentaba ascender río arriba bajo la mirada perpleja de granadinos desde la baranda.
Me gusta, me encanta, los domingos o días de fiesta, cuando el tráfico rodado es pobre, abrir las ventanas y escuchar su murmullo; en primavera el croar de sus ranas se me antoja como la más perfecta de las melodías  y en verano grillos y grillos entonan sus baladas poniendo banda sonora a mis luchas con el calor sureño para conciliar el sueño. 

Creo que nunca pensé en él desde este punto de vista, con estas reflexiones, hasta que esta semana participando en otro Proyecto Fotográfico, Febrero Loco,  noté que se convierte frecuentemente en objetivo de mis fotos, en fondo de nuestras vidas, en marco de nuestros momentos cotidianos.

Os dejo una pequeña y representativa muestra de lo que os hablo.







Y estas imágenes son del pasado 2013, de mi Proyecto 365, aquí se puede apreciar un poco los cambios por estaciones, con factor humano incluido. Ha sido y será una de las actividades favoritas de nuestra familia asomarnos a su serpenteante baranda. 

En invierno:


En primavera:


En verano:


Y otoño, mi favorita:





2 comentarios:

  1. Encontrarte y pasearme por tu blog ha sido un placer

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    1. Gracias Princesa Nadie, un placer también es encontrar comentarios como el tuyo.

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