domingo, 14 de septiembre de 2014

Mi totem.

Todos tenemos anclajes que nos atraen como un cordón umbilical a una realidad, soñada, o quizás semi-real, no importa. A veces nos agarramos con fuerza a ese cinturón de seguridad para no precipitarnos al vacío. A un vacío que podría poner tildes a tu pesimismo. Pero a la inversa, buscamos salvavidas, troncos que no lleven a la deriva, a la deriva pero a salvo de miedos y obstáculos. Si haces que formen parte de tu día, de tu presente, el anclaje se hace más fácil de alcanzar. Puede ser un olor, un color, una canción, una sensación familiar en una forma, una expresión, una palabra.....
Cuando estas en contacto con él tomas tierra, y puede ayudarte  a mirar desde otra perspectiva, a comenzar de nuevo.

En nuestra familia, como supongo en la mayoría de hogares, no siempre nos llamamos por nuestros nombres, ni siquiera por la etiqueta relacionada con nuestro parentesco. Mi hijo me llama mamá, mamazota, mami,.... pero también mi puede llamar foca; está imitando a su padre que desde tiempos inmemorables vio en este animal mi Totem. Él fue quien me lo asignó. 


Esta es la foto que preside el pasillo de casa.
Si normalmente preguntases a alguien qué animal le gustaría ser, casi nadie o muy pocos, contestarían que una foca. Principalmente por la mala fama que les precede dado su volumen, su peso y supongo que su poca elegancia al desplazarse. Pero si las miras intentando despejar de tu mente estos estereotipos tan poco sugerentes ves a unos animales tiernos, de suave textura, bigotes curiosos y una mirada a través de su gigantescos ojos que no dejaría indiferente ni al más duro de corazón.
No sé exactamente que características vio en mí mi Medio Pomelo para asignarme, al menos, tan curiosas cualidades.

1. Foto by http://www.pinterest.com/travelwthemagic/. 2. Foto by http://uponthewhim.tumblr.com/post/51399140569
Fotos by http://www.pinterest.com/search/boards/?q=seal

Por estos motivos siento un impulso incontrolado cada vez que cae en mi campo de acción-reacción cualquier objeto, del tipo que sea, con la forma de este adorable animalito; la casa está llena de ellos. Nuestros amigos lo saben y en ocasiones han contribuido a tan 'extraña' colección.


Y mi última adquisición me tiene engatusada.  No es para menos. La compre en Lycka, aquí en Granada, una tienda llena de cosas preciosas que recién he descubierto, y me ha parecido la excusa perfecta para dejar huella de esta anécdota al menos curiosa de nuestra familia, que aunque todos aquellos que nos conocen saben de sobra,  tenía que formar parte, tenía que titular algún episodio en este nuestro Diario de Abordo.




Significado de Totem según Google:  Objeto de la naturaleza (animal, planta, etc.) que actúa como símbolo o emblema colectivo y al que una tribu o un individuo venera y otorga un valor protector o considera como antepasado.


¿Y vosotros tenéis algún totem?.




lunes, 8 de septiembre de 2014

Vasos escarchados y tortillas de patatas.

Todo empezó un 21 de julio. Como era de esperar, las señales de alarman repiqueteaban en las tardes famélicas cada vez más largas,  el tamaño  cada vez mas ajustado de las faldas y short de quinceañeras alocadas aventuraban los grados de más que se alcanzarían. Como era de esperar las charlas y el paso de los viandantes se llenaban de colorido y fuegos artificiales en paseos, zocos y juegos de parques infantiles, cada vez más llenos, cada vez más ruidosos. Las terrazas de bares eran los puntos de encuentro, recreo y refrigerio para grandes y pequeños, y como no, los hoteleros se unían a la bienvenida de la tan esperada estación llenando neveras y cámaras frigoríficas de vasos escarchados y tortillas de patatas.
Y todo acabará el 21 de septiembre. Sí, señores acabará. Aunque los coletazos de la agonía comienza en el ocaso de agosto, mes por excelencia veraniego, pero también triste embajador por darse en él el principio del fin sobre el veintitantos de su onomástica. 
Precisamente escribo estas lineas inspirada en unas pequeñas, agradables e inesperadas nubes que se han colocado esta tarde de lunes de principios de septiembre frente al incansable sol que nos acompaña desde entonces dándonos su mejor versión.
Es esa luz difuminada, ancha y suave la que inspira mi vuelta aquí, a este mi rincón.
Y son justos estos 80 días los que me pesan y pasan. Han dejado momentos bonitos, claro que sí. Momentos agradables listos para extraer de la memoria de nuestro smartphone, empaquetar y archivar junto con el resto de chapozones, tapitas, risas, caminatas, vinos semidulces, calles empinadas, pipas, cafés con hielo y verbenas populares bajo la luz de decenas de bombillitas.









Y ya bajo la luz de este atardecer me despido de este verano hasta el próximo 21 de junio, pues ya  me veo iluminada con la anaranjadas y cálidas, y mágicas luces que me traerá mi querido otoño.