viernes, 27 de enero de 2012

Viejas glorias.

Esa Dora La Exploradora. Deberían de distribuirla en farmacias, con un gran y completo prospecto e indicaciones en la caja en lugar visible: puede producir somnolencia, desorientación, estado de ensimismamiento total al niño. El Cachorro pone sus constante vitales en reposo, con velocidad de crucero, su ritmo cardiaco debe de ser el mismo que el de los osos al invernar; casi no se le oye ni respirar. Y no se te ocurra dirigirte a él, o comentarle cualquier cosa, es como si estuvieran solos en un universo paralelo, a miles de años luz de nuestro planeta tierra: él, Dora y ¡Botas claro! (para quien tenga la suerte de no haber visto nunca uno de estos episodios, Botas es el 'adorable' mono amigo de la cabezona con vocecita agradable y dulce. Esta última afirmación es pura ironía).
Podría extenderme largamente sobre los muchos personajes que aparecen con 'doña flor', pero realmente no quiere dañar la inocencia infantil objetivo de estos 'dibus' con las barbaridades que saldrían de mi teclado, pero os podeis imaginar, a la altura de la protagonista: el Mapa, un toro azul (no recuerdo su nombre) con un pañuelo rojo en el cuello, el zorro Swiper, La Mochila, una panda de tres músicos compuesto por un caracol, una rana azul y lo que parece un chicharra,...bueno, lo dicho, no me voy a extender.
Y ya no sólo los bichitos, sino que además todo esto va aderezado con unas musiquitas ñoñas, gritonas y repetitivas durante todo el tiempo:  ¡el mapa, el mapa!, ¡Empujar, empujar!. ¡¡Swiper no robes!!. ¡Lo hicimos, los hicimos!.  
Y para el adulto que lo acompaña las contraindicaciones bien claritas. En serio, esto debe ser fatal para la salud mental, la calidad de vida, grado de satisfacción vital y social de los mayores que se vean expuestos mas de 10 minutos al día. Me parece un tortura digna de Guantanamo.

No sé, pero creo que los guionistas de estas series deben de tener para medir el nivel de satisfacción de su audiencia una especie de aparato que indica la relación inversa entre el entusiasmo del niño y la insoportabilidad del adulto que esté con él. Porque en nuestro caso es total.

Me quedo con Espinete, esos ojitos tan expresivos, jajaja, con la bruja Avería,... y todas aquellas viejas glorias. Ya nos encargábamos nosotros de interactuar con nuestro entorno, amigos, hermanos y vecinos, con barro, piedras o globos de agua, en la calle, en el rio o la casa de tu primo, y no con la Mochila parlanchina y su bolsillo para Estrellas en el sillón de tu casa. Lástima que los pequeños de ahora tenga que decirle a voces y con la misma cantinela por que parte de la pantalla se acerca el Zorro Swiper a robarle a la pobre Dora.

Pero claro. Eran otros tiempos.

2 comentarios:

  1. Te has superado, esto va cogiendo ritmo.....y yo engachada esperando lo róximo.
    desde Cadiar muchos besos

    ResponderEliminar
  2. Pues te diré que, a día de hoy, mi peque es fan incondicional de... David el Gnomo!!

    ResponderEliminar