lunes, 20 de febrero de 2012

Señor desconocido.

No quiero ser, pero soy, una madre paliza que solo tiene un monotema en la recámara; esas que con los ires y devenires de sus 'polluelen' tienen charla para rato.

Pero quién es la guapa que después de dedicar sus veinticuatro horas al día a su vástago, de tener su radio de acción acotado a casa-barrio-parque, de no tener espacio reservado ni para una ducha vital de cinco minutos, es capaz de mantener conversaciones adultas sobre el estado de la nación, el peinado de la Merkel o el lío que se trae la familia Sánchez Vicario. Mi mente, mi alma y mi cuerpo están enredados entre los rizos de mi Cachorro. Y me gusta.

Al principio, cuando pensaba en este blog solo lo hice por el tema de plasmar mi cambio de vida. De justificar mi nuevo yo. Mis lecturas se redujeron a este pequeño gran mundo que son los blog, y claro, el 90% de ellos son de mujeres felices y radiantes con sus nuevas facetas. Y claro, tambien tengo mi pequeña voz, pensé.
Más tarde, sondeando opiniones entre mis amigos y lectores he descubierto que hay personas que se sorprenden cuando descubren en lo que me he convertido. Puede que pretenda describir un estado actual, cuando ni siquiera me he preocupado en perfilar el pasado. Me asaltan las dudas. ¿Qué era antes de ser ahora?. ¿Mi otro yo no tenía nada que con el de hoy?.

Cierro los ojos e imagino la siguiente situación: Voy por la calle, se acerca un desconocido y me dice: tienes 20 segundos para definirte en dos palabras. 


Con mi yo pasado: ¡¡Joder!! ¿20 segundos?. Si en 33 años no me lo he planteado que quieres que haga con 20 segundos. Siempre me he considerado del montón en miles de aspectos, pero en ese mogollón tremendo de la mediocridad, nunca he destacado en nada ni por nada, oye y la mar de agusto!!! Sentada de las últimas filas en clase (básica, insti y universidad, por supuesto); ni de las lumbreras que no dejan de incordiar al profesor siempre con dudas e intervenciones no aptas para estudiantes mediocres, ni las que se escondían debajo del pupitre cuando se solicitaba un voluntario; ni popular ni desviada; ni guapa ni fea; ni gorda ni delgada; ni la reina de fiesta ni la fea con la que nadie quiere bailar; y me reitero, era consciente de estas situaciones y me jactaba de ello.

A día de hoy en la misma situación. Se me acerca el desconocido y me suelta la perla: tienes 20 segundos para definirte en dos palabras. Mi respuesta, firme, contundente y sin vacilar: madre dedicada, ¿y tú, qué superpoderes tienes señor desconocido?.

Ciertamente, he cambiado. Supongo que es inevitable. Todo cambió un día cualquiera, ocurrió hace algún tiempo estando en la consulta de mi ortodoncista, andaba rellenando la ficha de ingreso y en el apartado de profesión mi subconsciente se me adelantó: 'madre dedicada'. Me dí cuenta al releerlo pero pensé que mejor en casa cuando estuviéramos los dos solos bajo una luz directa en una oscura habitación, le miraría fijamente a los ojos y comenzaría el interrogatorio. Pero si soy franca conmigo misma mi trabajo durante nueve años me ha llenado laboral, pero nunca personalmente. Tampoco he tenido una ocupación apasionante, creativa y muy bien remunerada, sea dicho de paso. Lo que se dice una vocación profesional clara nunca he tenido, ni siquiera a la hora de elegir carrera. Ni hobbies. Ni deportes de riesgo. Ni aventuras trepidantes. Ni títeres sin cabeza.
Pero como madre, a día de hoy, me siento satisfecha, realizada y plena. Más que con cualquier otra ocupación que haya tenido hasta hoy. Y sí, he cambiado, ahora tengo a una personita a mi lado que es el centro de mi minimundo y hasta que no construya el suyo propio, andaré acompañándole, adaptandome al camino, esquivando baches, disfrutando del paisaje y jactándome de ello.

9 comentarios:

  1. Chapo...Debe de ser la quinta del 76, yo tampoco he tenido ni una vocacion profesional clara, ni hobbis...etc. Pero me encanta ser madre.
    Lo que envidio de ti (sanamente) es tu manera de dedicare a tu "cachorro" yo al tener tres tengo que dividirme un poco. Decirte que es normal que te vuelques tanto, pq te ha costado y tal vez por eso veas las cosas de otro modo.
    Con respecto a que la gente te ve muy cambiada, es cierto; en tus años atras la imagen que dabas era de superficial, tener las ideas claras y dabas la impresión de buscar un futuro laboral grande. Pero si tu "cachorro" ha hecho de ti una mamá dedicada, me alegro, aprovechalo al máximo que el tiempo pasa volando, (Carmen va ha cumplir 9 años) yo estaré aqui para leer tus vivencias que me encantan y seguir conociendo tu nueva fase.
    Te quiero mucho y por supuesto sigue escribiendo.

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  2. Pili, me gusta mucho leerte, me relaja... Y, eso sí, como dice Mari Carmen, disfruta la inocencia de la infancia de tu hijo. Muchos besos.

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    1. Gracias María. Y si, voy a disfrutar de su infancia que seguro que va a pasar muy rápido. Un besazo.

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  3. Mariquilla, siempre le he pensado, para mi ser madre no fue algo que me pasó, que ocurrió, que lo busqué y lo encontré. Fueron tres que años que para nosotros se quedan, meto a mi Gordo (a Sergio, ya sabes) porque tambien lo sufrió. Ha sido por lo que mas he luchado, caía y volvía a levantar tantas veces que no podría ni contarlas, y empezaba de nuevo. Bueno, mereció tanto la pena, que todo lo pasado, pasado está. Ahhh y yo también te quiero un montón.

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  4. Llevaba mucho tiempo sin saber de ti y ahora lo que veo, es a una persona que me transmite muchas cosas a través de tus palabras, que no es nada fácil por lo menos para mi, y a través de tus fotografías. Se nota que disfrutas siendo MAMA y eso es lo mejor que te puede pasar. A mi también me ha cambiado lo de ser madre, yo siempre les digo a mis amigas "que dicen todavía no es el momento" que siempre encuentras mil razones para posponer la maternidad, pero que si conocieran lo que es tener a tu hijo en brazos, una sonrisa...no tardarían ni medio segundo en quedarse preñadas.
    Pero todo no es jiji jaja, yo siempre intento buscar mi espacio, aunque sea una hora, pero esa hora es para mi porque sino el stress de trabajo, casa y familia lo pago con ellos.
    Un beso muy fuerte, wapa

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    1. Ana, a mi también me pasa, cuando escucho a la gente que buscan el momento perfecto para tener un hijo pienso igual que tú. Primero, que creo que 'ese momento perfecto' no existe. Y segundo, que cuando lo tengan en sus brazos por primera vez, todos los problemas que antes creías importantes ese mismo momento dejan de serlo. Que suerte hemos tenido de poder saborear la maternidad de esta forma ¿verdad?. Otro beso para ti.

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  5. NOOOOOOOOOOOO!!!!!, no estoy de acuerdo!!! para empezar nunca fuiste una persona normal, porque siempre fuiste una persona extremadamente original y absolutamente refrescante...!!! y quien te conoce lo sabe y me dará la razón... Me encanta que estés disfutrando la maternidad porque cierto es, que te ha costado, y que incluso en esos tres años, que ya sabemos que fáciles no han sido, seguía dando gusto hablar contigo... Aunque ahora estés ñoña, hasta decir bastaaaaaaaa!!!
    Besos
    Carmen

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  6. Carmen, que sí, que sí, que he cambiado. Ahora ya no duermo 12 horas seguidas, ni tengo maratones de 3 pelis en una tarde. Pero espero recuperar las buenas costumbres en cuanto pueda!!!. Y tu si que eres resfrescante!!! como lo será tu blog, anímate ya!!!! Un besazo.

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  7. Jaja, pues espérate, que como tengas otro, ni 6 horas de sueño ni un capítulo de una serie..., pero con tu nuevo "yo" no te importará... no como a mi, que empiezo a ver a los niños como una especie invasora, que nos quitan el tiempo, el espacio y si te descuidas hasta la comida!!
    A ver si se me ocurre un tema para el Blog... estoy pensando y pensando sobre qué escribir, que no esté muy visto ya...
    Besos
    Carmen

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